Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen María bajo la advocación de la Virgen de la Merced, o Virgen de las Mercedes.

El nombre de esta advocación mariana evoca la misericordia infinita de Dios, que nos ha dejado en la persona de María a una auténtica madre, un seguro canal de gracia y una cabal intercesora. No es casualidad que “merced” signifique “misericordia”, “dádiva”, “gracia” y, simultáneamente, “perdón”.