El papa Francisco siguió desde el Vaticano el tradicional Vía Crucis del Coliseo romano, que este año estuvo centrado en las "voces de paz en un mundo en guerra" con testimonios de varios países, y al que no pudo asistir por las bajas temperaturas que atraviesan la capital italiana a menos de una semana de que fuera dado de alta de una bronquitis.
Debido "al intenso frío" de la noche romana, el pontífice de 86 años se unió desde su residencia de Casa Santa Marta "en oración" a las casi 20.000 personas que participaron de la celebración en la que se leyeron 14 reflexiones y pedidos por la paz."