El Chelsea jugó el partido soñado, aplastó al Paris Saint-Germain y se quedó con la final del Mundial de Clubes.

Palmer, la gran figura del partido marcó dos goles calcados para adelantar a los ingleses y luego Joao Pedro puso el 3-0 definitivo para que el equipo de Enzo Fernández se corone en un torneo histórico que por primera vez se jugó con este formato.